Materia orgánica para gestión sostenible de sistemas extensivos

La materia orgánica es un componente esencial de los suelos y juega un papel fundamental en la sostenibilidad de los sistemas agroecológicos. Mosoex

 

La materia orgánica del suelo es una fuente de nutrientes para las plantas, almacena la humedad, mejora la estructura del suelo y aumenta la actividad biológica del suelo. proyecto Mosoex, Materia orgánica para gestión sostenible de sistemas extensivos

 

También afecta a la estabilidad química del suelo, la infiltración de agua, la resistencia a la erosión, la absorción de nutrientes y la resistencia a enfermedades.

 

La materia orgánica también es una fuente de alimentos para los microorganismos del suelo, y la actividad de los microorganismos del suelo afecta a la estabilidad y al rendimiento de los cultivos. Por lo tanto, mantener una cantidad adecuada de materia orgánica en los suelos es esencial para la sostenibilidad de los sistemas agroecológicos.

 

La cantidad de materia orgánica en el suelo depende de los procesos de materia orgánica, que incluyen la materia orgánica que se produce en la siembra de cultivos, la materia orgánica que se aporta desde fuentes externas, como el compost, y los procesos de degradación de la materia orgánica en el suelo.

 

Por lo tanto, para mantener una cantidad adecuada de materia orgánica en los suelos, es necesario aumentar la producción de materia orgánica y disminuir los procesos de degradación. Esto puede lograrse mediante prácticas agrícolas sostenibles, como la rotación de cultivos, el uso de fertilizantes orgánicos, la cubierta vegetal constante, la siembra de variedades tolerantes a sequías y enfermedades, la conservación del suelo y el uso de sistemas de riego extensivos.

 

 

Estas prácticas ayudarán no solo a aumentar la cantidad de materia orgánica en el suelo, sino también a proteger el suelo de la erosión, la compactación y la pérdida de nutrientes.

 

Es esencial para la sostenibilidad de los sistemas agroecológicos aumentar la materia orgánica en los suelos mediante la adopción de prácticas agrícolas sostenibles y el uso de sistemas de riego extensivos. Esto ayudará a mejorar la calidad del suelo, aumentar la resistencia al estrés y aumentar la producción de cultivos.

 

La materia orgánica es el elemento clave para la productividad, la sostenibilidad y la resiliencia de los sistemas extensivos. La materia orgánica es un componente esencial del suelo que es vital para la salud de los cultivos, la fertilidad y la producción de alimentos. proyecto innovador Mosoex, Materia orgánica para gestión sostenible de sistemas extensivos

 

El aumento de la materia orgánica en los suelos es un objetivo importante para muchos agricultores y organizaciones gubernamentales. Esto se debe a que el aumento de la materia orgánica en el suelo puede mejorar la fertilidad del suelo, reducir la erosión, mejorar la absorción de nutrientes y aumentar la producción de alimentos.

 

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Los beneficios que ofrece la materia orgánica, son numerosos. Estos incluyen la mejora de la fertilidad del suelo, la reducción de la erosión, el aumento de la absorción de nutrientes, el aumento de la producción de alimentos, el aumento de la resistencia a la sequía y el aumento de la biodiversidad. Además, la materia orgánica ayuda a reducir la acidez del suelo, lo que mejora la calidad de la producción de alimentos.

 

Mosoex, Materia orgánica para gestión sostenible de sistemas extensivos proyecto innovador

Estudios recientes sobre la gestión sostenible de la materia orgánica

 

Los estudios recientes han indicado que la gestión sostenible de la materia orgánica puede mejorar la productividad y la sostenibilidad de los sistemas extensivos.

 

Estos estudios han demostrado que los agricultores pueden aumentar la materia orgánica en los suelos mediante la rotación de cultivos, la incorporación de abonos orgánicos y la utilización de prácticas de conservación. Estas prácticas pueden ayudar a mejorar la fertilidad del suelo, reducir la erosión y aumentar la producción de alimentos.

 

 

Métodos para aumentar la materia orgánica en los sistemas extensivos

 

Existen numerosos métodos para aumentar la materia orgánica en los sistemas extensivos. Estos incluyen la rotación de cultivos, la incorporación de abonos orgánicos, la siembra de plantas de cobertura, la restauración de suelos degradados, la recuperación de suelos erosionados y la plantación de árboles. Estos métodos ayudan a aumentar la producción de alimentos, mejorar la fertilidad del suelo, reducir la erosión y mejorar la absorción de nutrientes.

 

 

El aumento de la materia orgánica es un paso necesario para una gestión sostenible de los sistemas extensivos

 

La materia orgánica se encuentra en la capa superficial del suelo, formando una ‘capa de alimento’ para los organismos, como bacterias, hongos, lombrices, etc. Esta capa contiene los nutrientes necesarios para la vida de los organismos. Además, el aumento de la materia orgánica mejora la fertilidad de los suelos, lo que permite una mayor producción agrícola.

 

La materia orgánica también contribuye al aumento de la retención de agua en el suelo, lo que mejora la eficiencia de riego. El aumento de la materia orgánica también permite una mejor absorción de los nutrientes por parte de las plantas, lo que mejora la calidad de los alimentos producidos.

 

La importancia de aumentar la materia orgánica en los sistemas extensivos no puede ser subestimada. Este paso es esencial para una gestión sostenible en la agricultura. Al incrementar la materia orgánica, mejoramos la fertilidad del suelo, la retención de agua y la absorción de nutrientes por parte de las plantas. Esto a su vez mejora la producción agrícola, la eficiencia del riego y la calidad de los alimentos producidos. Para los agricultores que dependen de la agricultura para ganarse la vida, esto es fundamental. Asegurar una gestión sostenible y productiva de sus cultivos es clave para su éxito.

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OS PRESENTAMOS EL PROYECTO INNOVADOR

MOSOEX

 

Este proyecto innovador aborda la necesidad de aumentar la materia orgánica en sistemas extensivos mediante la adopción de una gestión sostenible.

Se consideran aspectos como la mejora de la productividad, la conservación de los recursos naturales y la adaptación a los cambios climáticos. Se proponen estrategias para aumentar la rentabilidad de los agricultores y mejorar el medio ambiente.

 

 

 

 

Aumento de materia orgánica, gestión sostenible de sistemas extensivos

 

Esta técnica de agricultura se centra en hacer uso de prácticas extensivas y sostenibles, que no dependen del uso de productos químicos para cultivar las cosechas.

 

 

Objetivo general del Grupo Operativo MOSOEX

 

El objetivo es impulsar un modelo innovador de gestión de suelos para los sistemas de producción de cultivos herbáceos extensivos de secano, con el propósito de mejorar la materia orgánica de los suelos y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, de acuerdo con las políticas de conservación de suelos europeos y españolas y la estrategia 4 por mil para combatir el cambio climático.

 

Aunque los agricultores son los principales destinatarios de este proyecto innovador, el grupo también busca recopilar información práctica, contrastada y fiable para las diferentes administraciones, que pueda servir de guía para futuras iniciativas en función de las competencias asignadas.

 

 

¿Por qué es necesario MOSOEX?

 

Una mejora de los suelos agrícolas es fundamental para aumentar la producción de alimentos de una manera sostenible para el año 2050, cuando la población mundial alcanzará los 9.500 millones de personas. Los suelos agrícolas son la base para la producción de alimentos de una población mundial en continua expansión.

 

La previsión para el año 2050 es que alcance los 9.500 millones de habitantes, por lo que la tarea de producir suficiente comida es enorme. Para ello, necesitamos no solo aumentar la capacidad de producción, sino hacerlo de forma sostenible.

 

La gestión de suelos ha llegado a la agenda política de los acuerdos internacionales en los últimos años. La situación actual de los suelos españoles no es muy optimista, ya que los efectos en el suelo sólo se pueden evaluar a largo plazo, y muchas veces el responsable de su uso no es consciente de los procesos que se dan. Además, el cambio climático nos expone a unas condiciones más desfavorables.

 

Por tanto, es necesario cambiar el modelo de gestión de los suelos en los sistemas extensivos de secano para mejorar su estructura y contenido de materia orgánica. Esto no será sencillo de lograr, por lo que se requiere el apoyo de todos los implicados: agricultores, investigadores y administraciones.

 

Mejorar los suelos agrícolas no sólo es de vital importancia para alcanzar el objetivo de producción sostenible para el año 2050, sino que también permitirá mejorar la calidad de vida de la población.

 

 

Debido a la diversidad de suelos, precipitaciones, temperaturas y orografía en España, es necesario realizar un esfuerzo adicional para obtener resultados aplicables a todo el territorio.

 

Las mejores prácticas agrícolas deben tender a un mejor uso de las condiciones del suelo, como se busca en este proyecto, sin descuidar el aspecto medioambiental.

 

Estas prácticas no deben alterar las condiciones de estabilidad ambiental, ni aumentar los posibles impactos ambientales, sino contribuir al desempeño medioambiental del producto final.

 

Esta iniciativa también invita a las organizaciones representantes de los agricultores a promover entre sus asociados las mejores prácticas para aumentar la fertilidad y la capacidad de almacenamiento de carbono de los suelos, estableciendo vínculos con la investigación y acelerando la transferencia de conocimientos de la ciencia al sector a través de esta idea.

 

Además, el Grupo Operativo pretende dar respuesta a las necesidades expuestas y cumplir los objetivos definidos por la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícola.

 

El modelo de gestión de suelos que propone el Grupo Operativo está diseñado para asegurar la viabilidad productiva del sector agrario mediante la utilización eficiente de los recursos, reduciendo el nivel de emisiones y adaptándose al cambio climático.

 

 

Esta mejora de la estructura de los suelos contribuye también a un abastecimiento sostenible de alimentos.

 

El Grupo Operativo también ofrece la oportunidad de acortar la brecha entre la parte científica investigadora y el sector agrario, así como aplicar sus descubrimientos de manera práctica en la mayor parte del territorio nacional.

 

Este proyecto innovador está destinado a poner en práctica un modelo de gestión de suelos integrado y es una gran contribución a la prioridad 4, ya que proporciona una solución para los problemas de gestión del agua, fertilizantes y plaguicidas, así como la erosión y la mejora de la gestión del suelo.

 

 

Es importante destacar los impactos que se esperan alcanzar con la ejecución del proyecto innovador

 

Aumentar el contenido de carbono en el suelo.

 

Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

 

Reducir la erosión.

 

Mejorar la estructura y productividad de los suelos a largo plazo.

 

Estas acciones se encuentran en línea con la hoja de ruta establecida por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para el período 2013-2020. Estos impactos son fundamentales para frenar el nivel de degradación de los suelos en zonas áridas y semiáridas, prácticas que permitan una mayor fijación de carbono en los suelos, así como para mantener el nivel de producción de alimentos necesario para cumplir con la labor principal de los suelos.

 

Los resultados del grupo operativo podrían ser una gran guía para ayudar a cumplir con los compromisos internacionales firmados por el Gobierno de España en temas de sostenibilidad y cambio climático, así como aquellas iniciativas propias del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación o del Ministerio de Transición Ecológica.

 

Acuerdo de París de Cambio Climático.

 

Marco de Políticas de Energía y Cambio Climático 2021-2030.

 

Iniciativa 4 por mil, sobre materia orgánica.

 

Estrategia de Agricultura, Clima y Medio Ambiente.

 

Plan Estratégico PAC 2021-2027

 

Besemoslatierra

 

Este proyecto innovador aborda la necesidad de aumentar la materia orgánica en sistemas extensivos mediante la adopción de una gestión sostenible. Se consideran aspectos como la mejora de la productividad, la conservación de los recursos naturales y la adaptación a los cambios climáticos. Se proponen estrategias para aumentar la rentabilidad de los agricultores y mejorar el medio ambiente.

 

La materia orgánica es esencial para mantener sistemas extensivos sostenibles, desde el suelo hasta el aire. Es la clave para una gestión sostenible y una solución para una mejor recuperación del suelo y una producción de alimentos más saludable. El carbono orgánico es el elemento fundamental para la producción de alimentos sostenibles, mejorando la nutrición del suelo y aumentando la productividad de los cultivos. Además, la materia orgánica es importante para la salud del suelo, los sistemas extensivos, la producción de alimentos saludables y la preservación de la biodiversidad.

 

 

Impactos esperados del Proyecto

 

 

Impacto 1- Aumento del contenido de carbono en el suelo

 

El impacto de la propuesta internacional del 4 por mil a la que España ha mostrado su apoyo se puede evaluar a través de la adaptación a la misma. Esta es la base del plan de acción de este grupo operativo, y es clave para conseguir el resto de impactos deseados.

 

El impacto previsto depende de las estrategias seleccionadas, y es esencial el incremento neto del Carbono Orgánico del Suelo (COS) por la cantidad aportada y su composición, en especial su relación C/N. Además, los factores indirectos asociados con el cultivo y la comarca agrícola, como la cantidad y distribución de la precipitación, así como el tipo de suelo (pH, textura, etcétera) influyen en la efectividad de las medidas.

 

 

Impacto 2- Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero

 

Es imperativo establecer estrategias para mitigar la emisión de N2O si se desea mantener el impacto positivo del secuestro de carbono en los Gases de Efecto Invernadero (GEI) y, por lo tanto, reducir el Potencial de Calentamiento Global (GWP en inglés). Estas estrategias deben incluir una dosificación adecuada de N y la selección de fuentes nitrogenadas con un menor potencial de emisión, como el nitrato amónico en lugar de la urea en cultivos del área mediterránea (Cayuela et al., 2017).

 

Además, se recomienda el uso de productos que inhiben la nitrificación, los cuales pueden reducir hasta un 72% las emisiones de N2O por cada kg de N aplicado.

 

Este proyecto también analizará los efectos que puedan producirse por la introducción de fertilizantes alternativos con el fin de mejorar la microbiología y la estructura del suelo.

 

 

Impacto 3- Reducción de la erosión

 

Reducir la erosión del suelo es un desafío urgente para nuestra agricultura, particularmente en sistemas extensivos. La erosión del suelo resulta en la pérdida de carbono y nutrientes, reduciendo los beneficios del secuestro de carbono.

 

La disminución en el contenido de materia orgánica es el resultado de la destrucción de la estructura y la reducción de los agregados estables del suelo.

 

Por lo tanto, todas las prácticas que aumenten el contenido de carbono en los suelos tendrán un impacto positivo en la mejora de la estabilidad estructural, aumentando el contenido de agregados estables que reducen los procesos de formación de costras superficiales del suelo y, por lo tanto, la escorrentía. Estos agregados estables también contienen una fracción de materia orgánica protegida de la mineralización por los microorganismos del suelo.

 

Además del beneficio de estas propiedades por el aporte de materia orgánica, otros factores también tienen una influencia decisiva sobre la erosión, como el laboreo y el mantenimiento de los suelos desnudos durante una buena parte del año.

 

 

Impacto 4- Mejora de las propiedades del suelo, especialmente estructura, que permita mantener una capacidad productiva adecuada en el medio plazo

 

El incremento de la materia orgánica en el suelo mejora su capacidad de retención de agua, según Hudson (1994); por cada unidad de aumento en la materia orgánica, la retención de agua aumenta en el mismo casi un 4%.

 

Esto se ha confirmado a través de los datos compilados por Gomez-Paccard et al (2015), que han demostrado que el manejo de suelos ácidos degradados en Extremadura ha mejorado la capacidad de retención de agua y, lo que es más importante, la cantidad de agua disponible para los cultivos.

 

Esto tendrá un gran impacto en la capacidad de producir alimentos, necesaria para satisfacer la función principal de los suelos.

 

 

Buenas prácticas en la gestión del suelo

 

Las mejores prácticas agrícolas deben asegurar un aprovechamiento productivo óptimo de las condiciones del suelo, sin comprometer el medio ambiente. Estas prácticas deben evitar la degradación de los recursos suelo y agua y la pérdida de la capacidad productiva de los sistemas agrarios.

 

Para aumentar la materia orgánica del suelo, te presentamos una serie de prácticas que puedes llevar a cabo.

 

 

Mínimo laboreo

 

La agricultura de conservación es una práctica agronómica en la que se minimiza la alteración del suelo a través de la realización de labores verticales, sistema donde la tierra se prepara con arado que no invierte la tierra y causa poca compactación. Por esta razón la superficie normalmente permanece con una buena cubierta de residuos en la superficie. Además, al menos el 30% de la superficie de cultivo se encuentra protegida por restos vegetales.

 

Esta técnica conlleva numerosos beneficios para el suelo, como el hecho de que se evite la compactación del suelo, al dejar residuos en el suelo, se amortigua el peso de la maquinaria, lo que contribuye a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Además, al dejar restos vegetales en el suelo se reduce la pérdida por erosión.

 

Sin embargo, para que esta técnica sea eficaz, es necesario que el agricultor reciba la formación adecuada para poder afrontar los posibles problemas que puedan surgir, como la gestión de malas hierbas o de los residuos de la cosecha anterior.

 

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Siembra directa

 

Es una práctica agronómica de agricultura de conservación en cultivos anuales, en la que no se requiere realizar labores del suelo. Al menos el 30% de la superficie se encuentra cubierta por los restos vegetales del cultivo anterior, lo que permite que la siembra de las nuevas cosechas se realice con maquinaria diseñada para sembrar sobre los restos vegetales. Esta práctica ayuda a preservar el suelo, reducir la erosión y mejorar la calidad del aire.

 

Entre los elementos más destacados de esta medida está la mejora de la retención de agua en el suelo, así como la reducción de pérdidas por escorrentía. Esto aumenta el contenido de materia orgánica del suelo y reduce la erosión. Esta acción es una medida de mitigación y adaptación al cambio climático.

 

Es esencial destacar la formación del agricultor para hacer frente a problemas como el manejo de malezas, así como los desafíos relacionados con los suelos con estructuras deficientes o excesivamente compactadas.

 

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Rotación de cultivos

 

La rotación de cultivos es una práctica agrícola que consiste en el cultivo de diferentes especies vegetales en el mismo lugar, en secuencia. Esto permite equilibrar los nutrientes disponibles en el suelo, ya que cada cultivo tiene necesidades nutricionales específicas.

 

Esta práctica permite también controlar los problemas de malezas, plagas y enfermedades, además de mejorar la estructura del suelo. Estos beneficios ayudan a los agricultores a obtener mejores cosechas y más productos de sus tierras.

 

Mediante la rotación de cultivos se logra aumentar los recursos naturales del suelo, prevenir su agotamiento y mejorar la salud, la calidad y la productividad del suelo, así como la rentabilidad de la explotación agraria.

 

Es evidente que una buena rotación de cultivos es beneficiosa, y que determinadas especies vegetales tienen un efecto mejorador. La planificación de la fertilización debe tener en cuenta el aporte de cada cultivo. La práctica de rotación de cultivos genera un aumento de los recursos naturales del suelo, impide su agotamiento y mejora la salud, la calidad y la productividad del suelo, así como la rentabilidad de la explotación agraria.

 

Esto hace que se reduzca el uso de productos fitosanitarios para el control de plagas y enfermedades, ya que resulta más sencillo controlarlas.

 

Para lograr una adecuada rotación de cultivos, se requiere una planificación más precisa de la explotación. Esto significa que, al introducir nuevos cultivos, es fundamental tener en cuenta la disponibilidad de los mismos en el mercado y su comercialización.

 

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Racionalización del abonado mineral

 

A partir de la comprensión de la fertilidad del suelo, especialmente en un entorno cambiante con posibles disminuciones de rendimiento y mayores pérdidas de fertilizantes por erosión, es fundamental ajustar las aplicaciones de fertilizantes a las necesidades reales de los cultivos de acuerdo con la fertilidad del suelo.

 

El coste de la fertilización es un factor esencial a tener en cuenta en el coste total de producción. Para lograr la sostenibilidad de los sistemas, es fundamental optimizar la fertilización nitrogenada, teniendo en cuenta los aportes. Sin embargo, existe el riesgo de un exceso de nitrógeno (N surplus) y esto puede conllevar a pérdidas de este elemento hacia el agua y la atmósfera. Por esta razón, es importante tener en cuenta estos factores al planificar la fertilización.

 

En el caso de estrategias basadas en insumos internos (siembra directa, cultivos de cobertura, etc.), para mantener un rendimiento apropiado, se requiere un aporte racional de fertilizantes nitrogenados (minerales u orgánicos).

 

Además, es necesario plantear estrategias que reduzcan las emisiones de N2O, para mantener el efecto positivo del secuestro de Carbono en el cómputo global de gases de efecto invernadero. Para ello, se proponen estrategias que combinen una dosificación del N en base a las necesidades reales del cultivo, la elección de fuentes nitrogenadas con menor potencial de emisiones (por ejemplo, nitrato amónico en lugar de urea en cultivos de zona mediterránea), y el uso de inhibidores de la nitrificación, que pueden reducir hasta un 72% las emisiones de N2O por cada kg de N aplicado (Cayuela et al 2017).

 

También resulta interesante considerar el impacto de la introducción de fertilizaciones alternativas (como los biofertilizantes) para mejorar la microbiología y la estructura del suelo.

 

Uno de los beneficios de la mineralización lenta de la materia orgánica es el aporte gradual de nutrientes que suele reducir la cantidad de fertilizantes necesarios y, en algunos casos, incrementa el periodo de disponibilidad y eficiencia de los mismos.

 

Por esto, al momento de establecer una estrategia de fertilización, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

 

Realizar análisis de suelo, elaborar mapas de suelo

 

Fraccionar aplicaciones de abonado sólido y fertirrigación

 

Utilizar Big Data para aplicaciones variables de abonado

 

Así como también la fertilización orgánica

 

 

Realizar análisis de suelo

 

El conocimiento de la propia explotación, el tipo de suelo y las necesidades de cada campaña es lo que constituye la base de una fertilización correcta. Los análisis de suelos resultan ser fundamentales para ajustar la cantidad de fertilizante necesaria para que el cultivo reciba lo que requiere y para mantener una buena fertilidad del suelo.

 

Utilizar el abono más adecuado para cada momento y circunstancia de aplicación es una forma óptima de aprovechar los nutrientes.

 

Siempre ha sido importante conocer la fertilidad del suelo, pero en un escenario de cambio climático con posible reducción de los rendimientos agrícolas, junto con mayores pérdidas de fertilización debido a tasas más altas de erosión, se hace imprescindible ajustar las aplicaciones de fertilizantes a las necesidades reales de los cultivos en función de la fertilidad del suelo.

 

Para apoyar las tecnologías de aplicación variable de fertilizantes, agua y dosis de semilla, es particularmente útil contar con un mapeo de suelo que ofrezca información sobre la textura y los principales macronutrientes del suelo.

 

 

Fraccionar aplicaciones de abonado sólido

 

La correcta fertilización comienza con el conocimiento de la explotación, el tipo de suelo y las necesidades de cada campaña. Los análisis de suelos son esenciales para determinar los requerimientos del cultivo y la fertilidad del suelo.

 

Esto permitirá elegir el tipo de fertilizante más adecuado para cada aplicación, en función de las condiciones y momento de la aplicación.

 

Siempre ha sido importante conocer la fertilidad del suelo, pero con el cambio climático y la posibilidad de reducción de los rendimientos debido a la pérdida de fertilización resultante de la erosión, se hace imprescindible ajustar las aplicaciones de fertilizantes en función de la fertilidad del suelo.

 

Esto resulta particularmente importante para el desarrollo de tecnologías de aplicación variable de fertilizantes, agua y dosis de semilla, donde es necesario contar con un mapeo del suelo que aporte información sobre la textura y los principales macronutrientes.

 

 

Utilizar Big Data para aplicaciones variables de abonado

 

Se pueden utilizar los mapas de suelos para determinar la cantidad de abonado que cada zona requiere. Además, si se cuenta con sistemas de monitorización de los cultivos, se puede ajustar la dosis de abonado para responder a las necesidades reales de los cultivos. Se recomienda utilizar equipos de aplicación variable de abonado tanto sólido como líquido para lograr los resultados deseados.

 

La fertilización variable es una técnica óptima para ahorrar en fertilizantes, minimizar la contaminación y practicar una agricultura más sostenible y rentable.

 

Esta medida permite variar la dosis de fertilizantes en función del tipo de suelo y de las necesidades reales de las plantas.

 

Esta práctica permitiría reducir fertilizantes, uno de los mayores costes de cultivo, lo que supondría una mejora en la rentabilidad.

 

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Incorporación de materia orgánica al suelo

 

Entiende todas las acciones destinadas a mejorar la fertilidad y el contenido de materia orgánica, tomando decisiones concretas, ya sean mediante el aporte de residuos de cosecha o de materia orgánica externa.

 

La técnica presentada ofrece una amplia variedad de objetivos:

 

Mantener y aumentar la fertilidad de los suelos, aumentar la materia orgánica

 

Reducir el uso de nitrógeno mineral

 

Prevenir la erosión, mejorar la estructura del suelo para maximizar el uso eficiente del agua y reducir las pérdidas de agua por escorrentía

 

El agricultor puede incrementar los inputs de materia orgánica para reducir el laboreo, ya sea aportando residuos o materiales orgánicos de fuentes externas o aumentando el retorno de los residuos de cosecha al suelo. Sin embargo, el éxito de estas prácticas depende del tipo de clima.

 

Es bien sabido que el aporte de materiales orgánicos ofrece una ventaja adicional, ya que promueve la liberación gradual de nutrientes útiles para el cultivo. Optimizar la fertilización, especialmente nitrogenada, considerando estos aportes, es un desafío clave para la sostenibilidad de los sistemas, ya que un exceso de nitrógeno presenta un riesgo para el medio ambiente.

 

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Agricultura ecológica

 

El Reglamento (CE) 834/2007 del Consejo de la Unión Europea regula la producción ecológica, que es el compendio de prácticas agrícolas que excluyen el uso de productos químicos sintéticos como fertilizantes y plaguicidas, con el objetivo de preservar el medio ambiente, mantener o aumentar la fertilidad del suelo y proporcionar alimentos con todas sus propiedades naturales.

 

Esto significa que, gracias a la agricultura ecológica, se puede obtener alimentos saludables, nutritivos y sin ingredientes artificiales.

 

Existen numerosas publicaciones que hablan sobre los beneficios de la producción ecológica de cultivos herbáceos en áreas de secano áridas o semiáridas. El objetivo principal de estas prácticas es alcanzar una producción sostenible en el tiempo, eliminando o reduciendo el uso de insumos externos y sustituyéndolos por el empleo de residuos propios, técnicas de rotación y la recuperación integral del equilibrio del agrosistema mediante la reintroducción de cultivos mejoradores del suelo, como las leguminosas.

 

Para gestionar correctamente un sistema agrario tan complejo, es importante tener en cuenta todos los elementos y procesos que intervienen en su constitución y funcionamiento, para poder elaborar estrategias y técnicas agronómicas rentables y respetuosas con el medio ambiente.

 

En el ámbito de los ambientes mediterráneos, se han realizado investigaciones que han proporcionado información valiosa sobre procesos de degradación de suelos, estudios de especies y ecotipos de plantas herbáceas y arbóreas autóctonas. Estos estudios están orientados a la mejora de áreas degradadas, el aumento de la diversidad, el empleo de diferentes fuentes naturales de materia orgánica, así como la evaluación de los efectos del cambio climático en la fauna y la flora.

 

Además destaca su vinculación con el territorio y su habilidad para aplicar mejores prácticas ambientales junto con un alto nivel de biodiversidad y la preservación de los recursos naturales.

 

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Reducir el tiempo con suelo desnudo

 

La planificación de la gestión de los terrenos es una forma importante de proteger el suelo y reducir la erosión. Esta medida es aún más importante cuando la pendiente del terreno aumenta. La planificación de la gestión de los terrenos incluye el uso de prácticas de conservación de suelos, tales como el laboreo en terrazas, la siembra de cubierta vegetal y el uso de estructuras de control de erosión.

 

Estas prácticas permiten mejorar la estructura del suelo y evitar la erosión del suelo. Esto, a su vez, mejora la productividad de los terrenos agrícolas y ayuda a preservar los recursos naturales.

 

El impacto de las gotas de lluvia sobre los suelos desnudos puede causar una considerable pérdida de su fertilidad. Esto se debe a que las partículas de la superficie del suelo son arrancadas por el impacto, y se las lleva la corriente como consecuencia de la erosión laminar, regueros y cárcavas. Esta pérdida de partículas fértiles puede tener graves consecuencias para la productividad, la biodiversidad y la fertilidad del suelo.

 

Es importante resaltar que en suelos con cierta pendiente, la longitud y la inclinación del terreno afectan directamente la susceptibilidad de la erosión hídrica o eólica. Por lo tanto, una manera efectiva de reducir el riesgo de erosión es mejorar la cubierta vegetal con barbechos o cubiertas. Para hacer esto, los agricultores deben tener acceso a productos para el control de malas hierbas que les permitan mantener la cubierta vegetal.

 

Esto ayudará a aumentar la resistencia del suelo a la erosión.

 

Más información

proyecto innovador Mosoex, Materia ogánica para gestión sostenible de sistemas extensivos

proyecto innovador Mosoex, Materia orgánica para gestión sostenible de sistemas extensivos​

MIEMBROS DEL GRUPO OPERATIVO MOSOEX

 

Unión de Pequeños Agricultores (UPA)

 

Asociación Española de Agricultura de Conservación. Suelos Vivos (AEACSV)

 

Solid Forest SL

 

Universidad Politécnica de Madrid

 

Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (Área Agrícola). INTIA

 

Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC- Estación Experimental de Aula Dei (EEAD)

 

 

VISITA Y CONOCE LA PÁGINA WEB DEL PROYECTO INNOVADOR MOSOEX

 

 

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FINANCIACIÓN

 

El 12 de marzo de 2019 se publicó en el «Boletín Oficial del Estado» el extracto de la Resolución de 26 de febrero de 2019, del Fondo Español de Garantía Agraria, O. A. (FEGA) por la que se convocan ayudas para la concesión de subvenciones a la ejecución de proyectos de innovación de interés general por grupos operativos de la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-Agri), en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020, para el año 2019. En base a dicha convocatoria el grupo operativo «MOSOEX. Aumento de materia orgánica, gestión sostenible de sistemas extensivos en España» recibe una subvención de 471.296,09 € cofinanciada al 80% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y al 20% por fondos de la Administración General del Estado

 

El organismo responsable del contenido es el grupo operativo MOSOEX y la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (D.G.D. RIFA), es la autoridad de gestión encargada de la aplicación de la ayuda del FEADER y nacional correspondiente.

 

La materia orgánica es una parte esencial
Para mantener los sistemas extensivos sostenibles
Desde el suelo hasta el aire, como una brisa suave
La materia orgánica es la clave.

Es necesario aumentar la materia orgánica
Para una gestión sostenible, como una solución
Esto trae una mejor recuperación del suelo
Y una producción de alimentos más saludable.

El carbono orgánico es la clave
Para la producción de alimentos sostenibles
Mejorando la nutrición del suelo
Y aumentando la productividad de los cultivos.

La materia orgánica es importante
Para la salud del suelo y los sistemas extensivos
También es vital para la producción de alimentos saludables
Y para la preservación de la biodiversidad.

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